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agosto 19, 2025

Porqué Marcos es mi Evangelio favorito

¿Cuál es tu Evangelio favorito?

Como estudiante del Nuevo Testamento, me hacen esta pregunta constantemente. A veces, la gente solo siente curiosidad por saber qué pienso. Otras veces, quieren estudiar un Evangelio por su cuenta y no saben por dónde empezar. Y otras, intentan alcanzar a un amigo no cristiano y quieren saber qué Evangelio es más eficaz.

Antes de responder, debemos reconocer que los cuatro Evangelios son maravillosos. Todos cuentan la misma historia general de la redención a través de Cristo, todos están plenamente inspirados por Dios y todos han sido amados por la Iglesia durante generaciones.

Los Evangelios son diferentes

Al mismo tiempo, debemos reconocer que los cuatro Evangelios son diferentes. Si fueran exactamente iguales, no necesitaríamos cuatro. Si fueran exactamente iguales, nunca se plantearía la pregunta de ¿cuál es tu Evangelio favorito?

Pero son diferentes, y en muchos aspectos. Han sido escritos por cuatro autores diferentes, con diferentes antecedentes y perspectivas. Dos eran apóstoles, dos eran compañeros de los apóstoles. Tres eran judíos y uno era gentil. Además, tienen una extensión distinta. Lucas es el más largo, y Marcos el más corto. Fueron escritos en diferentes momentos. Es probable que Marcos se haya escrito primero (quizás en los años 50), y Juan, sin duda, al último (probablemente en los años 90).

Más allá de esto, tienen diferentes énfasis teológicos. Mateo es un Evangelio con mucho énfasis en la enseñanza y un estilo muy judío. Marcos es un Evangelio orientado a la acción, dirigido a los gentiles. Lucas tiene un aire grecorromano, con la mirada puesta en los marginados. Y Juan es lo que podríamos llamar un Evangelio «celestial», con un enfoque en la vida eterna (o, en palabras de Clemente de Alejandría, es un «Evangelio espiritual»).

Aunque estas diferencias pueden resultar inquietantes para algunos, en realidad deberían ser tranquilizadoras y alentadoras. Nos recuerdan que Dios ha transmitido Su mensaje evangélico a través de cuatro canales diferentes precisamente porque el objetivo es llegar al mayor número posible de personas. Sí, los cuatro autores nos cuentan la misma historia del Evangelio, pero la moldean y la adaptan para que llegue con mayor eficacia a la audiencia específica que cada uno tiene delante.

En otras palabras, el Evangelio Cuádruple muestra que Dios es un Dios misionero. No solo le interesa anunciar la buena noticia a la gente, sino alcanzarla con ella. Y hay una diferencia. Anunciar las buenas nuevas a la gente se centra en el mensaje. Alcanzarla se centra en la audiencia. Esto último requiere tener en cuenta el tipo de público al que se quiere convencer y eliminar tantos obstáculos como sea posible para ese público en particular.

Para que quede claro, los cuatro Evangelios se centran tanto en el mensaje como en la audiencia. Les importa mucho transmitir el mensaje correctamente. Pero no solo eso, sino también difundirlo.

Así pues, que Dios dé su mensaje evangélico desde cuatro perspectivas diferentes es esencialmente un golpe de genio misionero.

Está bien tener un favorito

Si es así, entonces los cuatro Evangelios nos recuerdan que está perfectamente bien tener un Evangelio «favorito». Dado que Dios dio cuatro versiones diferentes del Evangelio para llegar a diferentes tipos de personas, no debería sorprendernos si nos sentimos más «conectados» con un Evangelio que con otro.

Ahora bien, eso no es una excusa para descartar o ignorar los otros tres. Necesitamos los cuatro Evangelios para tener una imagen completa y equilibrada de Jesús. Sin embargo, al mismo tiempo, es perfectamente natural que nos sintamos especialmente atraídos por uno de ellos.

En la iglesia primitiva, está bastante claro que el Evangelio más dominante (y posiblemente el «favorito») era el Evangelio de Juan. Aunque fue el último en escribirse, rápidamente alcanzó un lugar preeminente entre los cuatro. Tenemos más manuscritos del Evangelio de Juan de los siglos II y III que de cualquier otro Evangelio.

Y las cosas no han cambiado mucho en 2000 años. Si se hiciera una encuesta entre los creyentes promedio de hoy en día y se les preguntará ¿cuál es su Evangelio favorito?, lo más probable es que respondieran que el Evangelio de Juan.

Es precisamente aquí donde tendré que discrepar de la mayoría de los cristianos, tanto de la iglesia moderna como de la antigua. Si bien me encanta el Evangelio de Juan (de hecho, escribí el capítulo sobre Juan en mi libro Introducción Bíblica-Teológica al Nuevo Testamento), hay otro Evangelio que es mi favorito: el Evangelio de Marcos.

¿Por qué Marcos es mi favorito?

Supongo que para la mayoría de la gente será una sorpresa. El Evangelio de Marcos es posiblemente el menos popular, así que ¿por qué es mi favorito? He aquí algunas razones rápidas:

1. Va directo al grano. Aunque la brevedad de Marcos puede ser un aspecto negativo para algunas personas, yo la considero su principal ventaja. Marcos tiene la misma estructura básica que los demás Evangelios, pero su contenido simplificado permite al lector llegar al grano con mayor rapidez. Por lo tanto, es de una simplicidad hermosa (lo que, por cierto, lo convierte en un excelente Evangelio para estudiar con un no cristiano).

2. Fácil de enseñar. Marcos no solo es corto en general (solo 16 capítulos), sino que las historias individuales tienden a ser pequeñas joyas en lugar de discursos extensos. Esto permite que la serie de sermones o el estudio bíblico tengan una duración más razonable, ya que cada mensaje individual cubre fragmentos de texto de tamaño similar. No necesitarás cinco años para predicar toda la carta de Marcos.

3. Orientado a la acción. Si Marcos fuera una película, sin duda sería de acción. Sí, Jesús imparte enseñanzas profundas, pero suele ser en fragmentos más digeribles, a diferencia de las largas secciones de enseñanza que se encuentran tanto en Mateo como en Juan. El ritmo de la historia avanza rápidamente, manteniendo al lector/oyente enganchado. Por lo tanto, Marcos tiende a enfatizar proporcionalmente las hazañas extraordinarias de Jesús.

4. Enfoque en los gentiles. Si bien es probable que Marcos no fuera gentil, claramente escribe para ellos, en particular para aquellos en un contexto romano. Por lo tanto, se esfuerza por asegurar que el lector comprenda las costumbres judías y el contexto más amplio del Antiguo Testamento de maneras que Mateo y Juan dan por sentado. Esto es de gran ayuda para los lectores modernos, quienes a menudo desconocen estos temas. Además, el contexto romano de Marcos es bastante similar al contexto de nuestro mundo occidental moderno, donde el cristianismo compite en un mercado de sistemas paganos/politeístas. Si yo impartiera un estudio bíblico en la antigua Roma, usaría a Marcos.

5. Detalles únicos e intrigantes. Dado que Marcos es el Evangelio más breve, la gente suele pensar que sus relatos incluyen menos detalles que los demás Evangelios. Pero esta es una de las paradojas del Evangelio de Marcos. Marcos es el Evangelio más breve porque incluye menos relatos en total, pero los relatos que incluye suelen contener detalles que no aparecen en ningún otro Evangelio. Solo Marcos nos dice el nombre del ciego que estaba fuera de Jericó (Bartimeo). Solo Marcos nos dice que Simón de Cirene tenía dos hijos llamados Alejandro y Rufo. Estos detalles únicos hacen que el estudio de la Biblia sea más interesante.

6. Conexiones con Pedro. Dado que Marcos era una figura bastante desconocida en los inicios del cristianismo (aparece unas cuantas veces en los Hechos y en las cartas de Pablo), esto podría explicar la falta de popularidad de su Evangelio. ¿No preferirías leer a un apóstol como Mateo o Juan? Sin embargo, hay buenas razones históricas para pensar que el Evangelio de Marcos es, en esencia, las memorias del apóstol Pedro. Una y otra vez en nuestras fuentes históricas, se nos dice que Marcos obtuvo su material básicamente de Pedro, y que, en esencia, el Evangelio de Marcos es el Evangelio de Pedro. Esto arroja una nueva luz sobre lo que lees al leer a Marcos. Estás viendo a Jesús desde la perspectiva del apóstol preeminente del cristianismo primitivo y de aquel que lo traicionó.

7. Subestimado habitualmente. Uno de los placeres de enseñar la Biblia es tomar libros que la gente generalmente subestima o descuida, y mostrar por qué son más importantes de lo que creen. Eso siempre crea un «giro» divertido en un contexto docente, ya que el público pasa de encogerse de hombros a mirar con asombro y los ojos muy abiertos. Se puede hacer eso con el Evangelio de Marcos.

Estudia Marcos

En resumen, me encantan los cuatro Evangelios. Y necesitamos los cuatro Evangelios. Pero espero haberte convencido de que Juan no es la única opción para un estudio bíblico, ni siquiera para un estudio bíblico con un no cristiano.


Publicado primeramente en Canon Fodder y usado con permiso.


Michael Kruger

Michael J. Kruger es presidente del Seminario Teológico Reformado en Carolina del Norte, donde también está sirviendo como profesor del Nuevo Testamento. El es el autor de “Canon Re-visitado”: Estableciendo los orígenes y la autoridad de los libros del Nuevo Testamento (Crossway, 2012). El escribe con regularidad para el blog “Canon Fodder”.
Michael J. Kruger es presidente del Seminario Teológico Reformado en Carolina del Norte, donde también está sirviendo como profesor del Nuevo Testamento. El es el autor de “Canon Re-visitado”: Estableciendo los orígenes y la autoridad de los libros del Nuevo Testamento (Crossway, 2012). El escribe con regularidad para el blog “Canon Fodder”.