«El principio de la sabiduría es el temor del Señor, y el conocimiento del Santo es inteligencia». Proverbios 9:10
¿Qué es el temor del Señor? Cómo dijo un pastor, temer al Señor significa amarlo tanto que Su ceño fruncido sería tu mayor amenaza y Su sonrisa sería tu mayor deleite.[1]
Hay un temor que el amor quita y un temor que el amor trae. El temor que el amor quita es el temor al castigo. «Por tanto, ahora no hay condenación para los que están en Cristo Jesús» (Rom. 8:1). El temor que el amor trae es el temor de herir a Aquel que amamos. Jerry Bridges dice: «El hijo de Dios tiene un solo temor: ofender a su Padre y un solo deseo: agradarle y deleitarse en Él».
¿De dónde sacamos este temor del Señor? En uno de los salmos, David le dice a Dios: «Pero en Ti hay perdón, para que seas temido» (Sal. 130:4). Podríamos esperar que David dijera: «Contigo hay perdón y eso quita el miedo», pero no es eso lo que dice. ¡Contigo hay perdón, para que seas temido! Señor, tu perdón tuvo tal precio que temblamos cuando pensamos en pecar contra esta clase de amor.
El temor del Señor, que es el principio de la sabiduría, nace en la cruz. Cuando ves la cruz, como pecador perdonado, y conoces la gracia y la misericordia que son tuyas en Cristo, dices: «¿Cómo podría resistirme a un amor así?».
Recibe de nuevo el hecho de que el Hijo de Dios te ama y se entregó por ti, y que con Él hay perdón. Deja que Su misericordia haga nacer en ti el temor del Señor, que es el principio de la sabiduría; el principio del discipulado; el principio de la vida.
«El temor del Señor es fuente de vida, para evadir los lazos de la muerte». Proverbios 14:27
[1] La definición del temor del Señor es adaptado por una definición por John Brown en su libro, Expository Discourses on the First Epistle of the Apostle Peter.