«Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley del Señor está su deleite, y en Su ley medita de día y de noche!» Salmos 1:1-2
Hay una receta muy clara en la Biblia para todos los que sufrimos de una imagen distorsionada de Dios. Es la disciplina espiritual de la meditación bíblica.
La meditación bíblica es muy diferente de lo que normalmente pensamos cuando oímos la palabra meditación. La meditación bíblica no es vaciar tu mente. La meditación bíblica es llenar tu mente.
Cualquier práctica que comience con la práctica de vaciar tu mente es muy sospechosa, porque no sabes lo que puede entrar. La meditación bíblica consiste en llenar tu mente con una verdad —puede ser tan simple como «Dios es bueno»— y dejar que esa única verdad sea como un ungüento que se vierte sobre todas las heridas que hay en tu mente.
Tómate diez minutos para reflexionar sobre una verdad básica. Sumerge tu mente en ella como si estuvieras marinando un corte de carne. Trabaja en cada área de tu mente y tu corazón. Deja que la verdad desafíe tus suposiciones; deja que la verdad que Dios ha revelado sobre sí mismo en la Biblia penetre en tu mente y en tu corazón para corregir las imágenes distorsionadas.
En el video «Alimentándose de Cristo«, el Pastor Colin comparte cómo él medita en las Escrituras.