Que el Señor lleve sus corazones a amar como Dios ama y a perseverar como Cristo perseveró (2 Tes. 3:5, NVI).
Mi esposa Karen y yo hemos disfrutado de visitar la isla Mackinac en varias ocasiones. Cuando cruzas el puente Mackinac, puedes mirar hacia un lado y ver la inmensidad del lago Michigan, y mirar hacia el otro lado y ver la inmensidad del lago Huron.
2 Tesalonicenses 3:5 es así, no une dos lagos, sino dos océanos, dos mundos, dos galaxias: el amor de Dios y la perseverancia de Cristo. La palabra “perseverancia” también se puede traducir como “paciencia”. Si tienes una biblia Reina Valera, es lo que encontrarás allí: “el amor de Dios y la paciencia de Cristo”.
Pablo ora para que Dios guíe los corazones de los creyentes cristianos hacia las vastas profundidades del amor de Dios y la paciencia de Cristo. Pero ¿dónde puedes ir para recibir esa guía? Dios te habla directamente a través de Su Palabra. Él guía tu corazón a medida que la lees y meditas en ella. Aquí hay una estrategia simple que puede ayudarte a alimentarte directamente de la Palabra de Dios.
Repetir y aplicar
Hay tres observaciones sencillas que podemos hacer al repetir y aplicar solo un versículo de las Escrituras, 2 Tesalonicenses 3:5:
1. Necesitamos amor y paciencia, sobre todo cuando estamos cansados de la batalla.
2 Tesalonicenses fue escrito para los cristianos que estaban experimentando los efectos agotadores de las dificultades de la vida.
Puede que digas: «Bueno, ese soy yo». Tienes dificultades en casa, tensiones en el trabajo. Estás experimentando interminables visitas al médico, el efecto desgarrador de un dolor continuo. Tienes dificultades en tu matrimonio, un hijo o una hija rebelde. Y te encuentras diciendo: ¡Necesito amor y paciencia!
2. Dios puede darnos el amor y la paciencia que necesitamos.
Observe algo maravilloso acerca de este versículo. Pablo no les pide a los cristianos que hagan algo por Dios. ¡Le pide a Dios que haga algo por ellos!
Él les dice a estos cristianos que están siendo perseguidos: «Veo lo que están enfrentando y le pido a Dios que haga algo especial por ustedes. Que el Señor dirija sus corazones hacia el amor de Dios y la paciencia de Cristo». El punto central es que nuestro Padre celestial puede darles a Sus hijos el amor y la paciencia que necesitamos desesperadamente.
3. Podemos pedirle a Dios que nos dé lo que no tenemos.
Si estos cristianos estuvieran rebosantes de amor y de paciencia, no habría necesidad de esta oración. Entonces, ¿para qué sirve esta oración? Pablo le pide a Dios que les dé lo que no tienen: «Señor, danos, el amor y la paciencia que necesitamos. Tú tienes amor y paciencia en abundancia. Nosotros no. Danos lo que no tenemos”. Esta es una oración maravillosa.
Tú también puedes pedirle a Dios que haga esto por ti, orando: “Señor, llena mi corazón seco de tu amor. Llena esta vida frenética con la paz y la paciencia de Cristo”.
Estas observaciones forman una meditación muy sencilla sobre este versículo de la Escritura.
Alimenta tu alma
Quiero animarte a que hagas observaciones sencillas mientras lees la Biblia todos los días. Lee unos cuantos versículos. Luego, elige uno y escribe dos o tres frases para repetir y aplicar lo que dice. ¡Los niños pueden hacer esto!
Consigue un cuaderno de tapa dura. Luego, escribe con tus propias palabras lo que dice el versículo y cómo te ayuda. Cuando comiences esta práctica, dentro de veinte años, te alegrarás de haber mirado atrás y ver lo que Dios te ha enseñado.
No te limites a leer la Biblia y te apresures a hacerlo. Incorpora a tu vida lo que Dios te dice. Hazlo durante unos minutos todos los días o, al menos, empieza a hacerlo unas cuantas veces a la semana. A medida que lo hagas, mejorarás. La Palabra de Dios dará fruto en tu vida.
Algunos de ustedes tienen el hábito de leer devocionales. Eso es bueno, pero si lo han hecho durante muchos años, tal vez sea hora de dejar de alimentar su alma con los pensamientos de otras personas.
Intenta alimentar tu alma directamente con la Palabra de Dios. Pídele a Dios que te ayude. Consigue un amigo que te anime. Dentro de un año, te sorprenderás de lo mucho que habrás crecido.
Pastor Colin explica más en la sesión Alimentádonos de Cristo, parte del curso para lideres Ten cuidado de ti mismo.