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julio 28, 2025

4 maneras en que Dios responde nuestras oraciones por liberación

La última petición del Padre Nuestro pide a Dios que «no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del mal» (Mateo 6:13). Dios responde esta última petición, como a todas las otras, por Su gracia.

La palabra «gracia» significa, «algo inmerecido que se da gratuitamente». Dios nos libera por gracia común, gracia especial, gracia restauradora y gracia salvadora. Entender las variedades de la gracia maravillosa de Dios nos ayudará a ver cómo Él actúa en el mundo y en nuestras vidas.

1. Gracia común: La bondad de Dios para todas las personas incluyendo a aquellos que lo desafían

¿Por qué tantas personas incrédulas tienen vidas pacíficas, felices y productivas? ¿Por qué los que viven alejados de Dios suelen ser amables, pacientes y considerados? La respuesta se encuentra en la gracia común: la bondad de Dios para todas las personas, incluyendo a aquellos que lo desafían.

Nuestro Dios describe la gracia común en Mateo 5:44-45:

«Amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen, para que ustedes sean hijos de su Padre que está en los cielos; porque Él hace salir Su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos».

Toda buena dádiva viene de la mano de Dios y eso incluye las buenas dádivas de los que disfrutan aquellos que no son creyentes. Las bendiciones del amor y la familia, los dones creativos de la música y el arte, los descubrimientos de ciencia y medicina, y las mentes brillantes que los dirigieron… ¿De dónde vino todo este bien? Vino de Dios, en quien la persona que disfruta de estas dádivas puede incluso no creer. Esa es la gracia común.

«El SEÑOR es bueno para con todos, Y su compasión, sobre todas Sus obras» Salmo 145:9.

En Su bondad para con todos, Dios da lo que es bueno, y refrena lo que es malo. Por más malo que sea este mundo, podría ser peor.  Las peores personas no son como los demonios del infierno, y la razón de ello es la gracia común.

Cuando Dios desata la restricción de la gracia común, es una señal de Su ira. Romanos 1 habla de cómo Dios puede entregar a los pecadores al mal que persisten en elegir (v. 24, 26, 28). El punto aquí es que la manera usual en la que Dios actúa es al refrenar lo peor en nosotros por el bien común.

Dios nos controla a través de la conciencia, que es un don que nos ha dado, y nos limita a través del gobierno, que también es un don de Dios (Romanos 13:1-7). Tanto la conciencia como el gobierno pueden corromperse, pero cualquier conciencia y gobierno son mejor que nada.

Así que, cuando oramos «libranos del mal», le pedimos a Dios Su gracia común. «Señor, en tu gracia, controla lo peor de nosotros en nuestra comunidad, en nuestro país y en el mundo. Levanta personas de buena voluntad y haz que la paz y la justicia prevalezcan en Tu mundo».

2. Gracia especial: La bondad de Dios cuando somos probados

Aquí hay algo maravilloso que te pertenece como creyente: Dios da ayuda especial para las pruebas particulares en tiempos especialmente difíciles.

Pablo lo describe desde su propia experiencia. Hubo momentos en los que tuvo abundancia, y otros en los que pasó necesidad y, para esos momentos, Dios le dio ayuda especial. «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (Filipenses 4:13). Dios le dio fuerza a Pablo para atravesar la prueba que estaba enfrentando, y Dios hará lo mismo contigo. Él te dará todo lo que necesitas para todo lo que enfrentes, especialmente en tiempos de gran prueba, tentación o tribulación.

Vemos lo mismo en 2 Corintios 12, donde Pablo habla de una gran prueba que soportó durante un largo periodo de tiempo. No nos dice de qué se trataba, pero la describe como una «espina en su carne», indicando que siempre estuvo con él, y que era muy dolorosa. Dios no le quitó esa espina, sino que le concedió gracia especial para soportarla.

«Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad» 2 Corintios 12:9

Cuando sientas que estás al límite de tus fuerzas, la gracia de Dios te bastará. Dios infundirá Su fuerza en tu debilidad, para que seas capaz de resistir. Eso es gracia especial. Un himno antiguo lo describe muy bien:

Mi salvador me guía en todo mi camino,

alegra cada camino sinuoso que recorro

Me da la gracia para cada prueba,

me alimenta con el pan de vida.[1]

3. Gracia restauradora: La bondad de Dios cuando fallamos

La noche en que fue traicionado, Jesús les dijo a Pedro, «[…]  antes que el gallo cante, me negarás tres veces» (Mateo 26:34). Nuestro Señor sabía que Pedro caería en la tentación, pero Jesús le dio está promesa:

«Simón, Simón, mira que Satanás los ha reclamado a ustedes para zarandearlos como a trigo, pero Yo he rogado por ti para que tu fe no falle; y tú, una vez que hayas regresado, fortalece a tus hermanos» Lucas 22:31-32.

Jesús sabía que Pedro iba a fallar, pero oró para que la fe de Pedro no fallara. Y esa es la razón por la que el pecado no tiene la última palabra en la vida de Pedro. La oración de Jesús fue respondida. Pedro «regresó».  Esa es gracia restauradora.

Jesús murió por pecadores como Pedro y como nosotros. Él se levantó de la muerte y ascendió al cielo, donde intercede por nosotros. Él habla con el Padre y ora por nosotros, tal y como lo hizo por Pedro. Por eso el pecado nunca tendrá la última palabra en tu vida. Como Pedro, vas a fallar, pero como Pedro, «regresarás», y cuando te arrepientas, serás restaurado. ¿Por qué? Porque Cristo ha orado por ti. Como Pedro, puedes caer en la tentación, pero Cristo nunca te soltará.

Hay un versículo maravilloso en Miqueas que te ayudará cuando la tentación te venza, especialmente si te sientes derrotado por tu repetido fracaso.

«No te alegres de mí, enemiga mía. Aunque caiga, me levantaré, Aunque more en tinieblas, el Señor es mi luz» Miqueas 7:8.

Esa es la gracia restauradora. El Señor es la luz en tu oscuridad. El Señor es tu pastor y restaurará tu alma. Puede que el enemigo te haya derribado, pero la gracia de Dios te levantará perdonado y restaurado. El pecado nunca puede tener la última palabra en la vida del creyente. Cristo intercede por ti y la gracia de Dios nunca te dejará.

4. Gracia salvadora: La bondad de Dios en traernos a la fe y al arrepentimiento

«Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios» Efesios 2:8.

Cuando crees en el Señor Jesucristo, Dios te lleva a una relación completamente nueva con Él y, como hijo de Dios, tendrás más que la gracia común. Has recibido gracia salvadora y, cuando seas probado, Dios te dará gracia especial; cuando falles, Dios te dará gracia restauradora.

Cuando tienes esta nueva relación con Dios, empiezas una nueva travesía en la cual todas las peticiones del Padre Nuestro se cumplirán en tu vida.

Tendrás un nuevo deseo de que el nombre de Dios sea honrado porque Él es tu Padre y has descubierto Su gran amor.

Tendrás una nueva esperanza por la venida de Su Reino, al cual perteneces.

Tendrás nueva fuerza para hacer Su voluntad.

Tendrás nueva confianza porque sabes que tu Padre te proveerá.

Tendrás una nueva paz porque sabes que Cristo te ha perdonado.

Y tendrás una nueva seguridad porque sabes que Dios te librará.

Todos estos son dones de la gracia de Dios, y cuando estos dones sean tuyos, podrás decir con todo el pueblo de Dios:

Sublime gracia del Señor que a un infeliz salvo

Fui ciego mas hoy veo yo, perdido y Él me halló.

En los momentos de aflicción que yo he tenido aquí,

Su gracia siempre me libró, y me guiará feliz.[2]


[1] Fanny J. Crosby (1820-1915), Himno: All the Way My Savior Leads Me (Mi Salvador me guía en todo el camino), 1875.

[2] John Newton, Himno: Sublime gracia, 1772.


Este artículo es una adaptación del sermón “La liberación de Dios ” de la serie sobre el Padre Nuestro, Seis cosas para pedirle a Dios, que puedes escuchar en tu plataforma favorita. También disponible es el libro gratuito El Padre Nuestro en 30 días por Colin S. Smith.


Colin Smith

Fundador y Pastor de Enseñanza

Colin Smith es el pastor emérito en The Orchard Evangelical Free Church, en los suburbios de Chicago, y es un miembro del concilio de The Gospel Coalition. Es autor de varios libros, entre ellos El cielo, cómo llegué aquí: La historia del ladrón en la cruz (que también es una película), el libro El Padre Nuestro en 30 días y el podcast Una caminata por la historia bíblica. Escucha su enseñanza en el podcast de Abre la Biblia.
Colin Smith es el pastor emérito en The Orchard Evangelical Free Church, en los suburbios de Chicago, y es un miembro del concilio de The Gospel Coalition. Es autor de varios libros, entre ellos El cielo, cómo llegué aquí: La historia del ladrón en la cruz (que también es una película), el libro El Padre Nuestro en 30 días y el podcast Una caminata por la historia bíblica. Escucha su enseñanza en el podcast de Abre la Biblia.