¿Qué te viene a la mente cuando piensas en el cielo? El Pastor Colin Smith explica, basándose en la Biblia, que la imagen que tienes del cielo en tu mente en realidad determinará tu forma de vivir. Pasaje: Romanos 8:18-27
Karen y yo tenemos una sobrina. Es una gran alegría para sus padres y para todos nosotros en la familia. Cumplió siete años el viernes y tiene parálisis cerebral. Megan vive una vida plena, pero no puede hablar.
Ha hecho progresos asombrosos. Durante mucho tiempo después de nacer, los médicos no estaban seguros de que pudiera soportar el peso de su propia cabeza. Ahora puede caminar y, a su manera descoordinada, incluso correr. No puede saltar, no puede coordinar sus movimientos y ahora que tiene siete años, sabe que es diferente. Lo sabe.
Así se ve el rescate de Dios para Megan. Un día, Megan caminará, saltará y bailará maravillosamente todo lo que quiera. Reflejará la gloria del Señor Jesucristo no sólo en un alma redimida, sino en un cuerpo resucitado.
Y puede que tengas un ser querido que tenga dificultades especiales en la vida y pienses, oh, se está perdiendo muchas cosas de la vida. No, no digas eso… simplemente, aún no ha llegado ese tiempo.
O tal vez tienes en tu mente ahora mismo a un ser querido que murió a una edad temprana y tienes todo tipo de preguntas que sientes y pienas que se perdieron tanto en este mundo. Y te haces preguntas como, ya sabes, ¿qué edad tendrá él o ella en la nueva creación de Dios?
Eso no lo sé, pero sí sé esto. Tu hijo, tu hija, tu amigo, tu ser querido disfrutará de una vida plena, de la gloriosa libertad de la vida que era el propósito de Dios al crearlo y que Jesucristo tenía en mente al redimirlo. Y esa es la promesa del Evangelio para todos los que están en Jesucristo.
Y Dios no quiere guardarse esto como una sorpresa. Quiere que lo sepas ahora para que, a través de las lágrimas y en medio de la frustración, puedas tener una esperanza viva, no mirando la vida como si fuera arena entre los dedos, sino que te estás acercando a lo que realmente será y habrá un gozo indescriptible en la plenitud de su gloria.
Así que libertad manifestada y libertad extendida.
Aquí está la tercera, la libertad compartida. La creación será a la libertad de la gloria de los hijos de Dios, versículo 21.
Ahora Pablo nos está diciendo que cuando el rescate de Dios esté completo, todo el planeta va a estar involucrado, y es muy interesante la forma en que esto se presenta, que el planeta será llevado a libertad de la gloria de los hijos de Dios… no al revés.
No es que Dios tenga ya el maravilloso cielo y la maravillosa tierra y te lleve a ellos, es que te redimirá plenamente y te llevará a la libertad de la gloria. Entonces creará un cielo nuevo y un mundo nuevo que serán un lugar adecuado para que expreses esta vida.
Ahora, fíjate en la historia aquí condensada. Nos dice en el versículo 20 que la creación fue sometida a vanidad. Está hablando, por supuesto, de Génesis 3:17, donde después del primer pecado de Adán y Eva, Dios sometió a la creación a la vanidad. Dijo: maldita será la tierra por tu culpa, por tu pecado. Así pues, cuando el hombre pecó, la creación quedó bajo maldición.
Ahora Pablo nos está diciendo que cuando los hombres y las mujeres seamos plenamente redimidos y entremos en la gloriosa libertad de los hijos de Dios, entonces la maldición que ha estado sobre la tierra, será eliminada. La tierra habrá pasado por este juicio final en el que será fundida con ardiente calor.
Pero entonces, en el capítulo 21 del Apocalipsis, Dios crea un cielo nuevo y una tierra nueva, de modo que el planeta mismo es ahora traído y adaptado para la vida de los hijos de Dios que han sido redimidos para siempre.
Y por eso Pablo dice que la creación espera con ansiosamente la manifestación de los hijos de Dios, porque cuando nuestra redención sea completa, entonces la propia creación se liberará de la maldición y entrará en la alegría que ya es nuestra.
Por eso el Antiguo Testamento tiene cosas como los árboles del campo aplaudiendo, una imagen maravillosa. Creo que el Dr. Martyn Lloyd-Jones lo expresa de manera muy vívida.
Siente pena por la creación al decir: ¿Te imaginas lo frustrante que es para la creación? Cada año intenta renovarse y cada año fracasa. Llega la muerte del invierno y de repente florece, la creación se renueva entoncesllena de esperanza.
Venimos a la iglesia en Pascua y tenemos todos los lirios y los narcisos. ¿No es maravillosa toda esta esperanza en la naturaleza? ¿Pero dónde terminan esas flores unas semanas después? En el fondo de una bolsa de papel, porque la esperanza no duró, sino que floreció. Y la primavera da paso al verano, y el verano al otoño, y el otoño al invierno. La pobre naturaleza da un suspiro de alivio y dice: «Será mejor que lo intentes de nuevo el año que viene«.
La resurrección de Jesucristo es diferente, porque la resurrección de Jesucristo es una esperanza que perdura y vence a la muerte para no volver a ser derrotado por ella. Y por eso la nueva creación, cuando lees sobre ella en los capítulos 21 y 22 de Apocalipsis, está llena de vida, todo el planeta rebosa de vitalidad.
Cuando Dios concluya la historia humana, hará un cielo nuevo y una tierra nueva, no un cielo diferente y una tierra diferente, será el mismo planeta hecho nuevo perfectamente adaptado como hogar de la justicia.
Así que esto es algo que podemos decir en las conversaciones sobre la nueva tierra. Podemos decir que Cristo rescatará al mundo y lo rescatará para Sus hijos. Así que lo importante no es que el planeta y los niños sean llevados a ese nuevo mundo; lo importante es que los niños y la tierra sean llevados a la libertad de la gloria de los hijos de Dios, porque son los hijos de Dios los que más le importan.
Este planeta será rescatado de su esclavitud, no será sustituido. Será renovado, y será llevado a la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Y quizá esto te resulte útil cuando tenemos nociones tan vagas de espíritus que flotan en el cielo y todo este tipo de cosas.
Pues bien, estar ausente del cuerpo es estar presente con el Señor de forma inmediata y consciente en un estado espiritual, porque el cuerpo está en la tierra después de la muerte. Pero el propósito último de Dios para ti se describe mejor así: el propósito último de Dios para ti es el cielo en la tierra para siempre: cuerpo de resurrección, cielo en la tierra para siempre. Eso lo vemos en Apocalipsis 21 y 22 y Romanos 8.
Así que si tienes esta idea, siento que casi estoy luchando contra ella porque está muy arraigada en la mente de mucha gente buena, pero si tienes esta idea de que la eternidad es algo vago que flota por ahí para siempre, por favor, intenta hoy deshacerte de ella porque no te ayudará… reducirá tu anticipación del futuro, no la aumentará.
Y es muy importante que veas que lo que Dios prepara en el nuevo cielo es más, no menos, de lo que Adán y Eva disfrutaron en el Jardín del Edén.
Mira, si vas al principio de la Biblia, ¿cuál era el estado allí? Aquí están Adán y Eva y disfrutan de una vida perfecta en este mundo, sin intervención del pecado, caminando con el Señor a la luz del día, viéndolo, caminando con Él.
¿Y entonces qué ocurre? Pues bien, Satanás, que antes del principio de los tiempos ya había iniciado, por la razón que sea, esta oscura rebelión contra Dios, quiere reclutar a la raza humana para su rebelión porque quiere eclipsar la gloria de Dios.
Y si Satanás ha de ser derrotado, entonces Dios debe llevarnos a una experiencia de vida que sea al menos tan buena como la del Jardín del Edén. Si fuera incluso un uno por ciento menos que el Jardín del Edén, Satanás habría conseguido algo.
Por eso el cuerpo de resurrección, o al menos una de las razones por las que el cuerpo de resurrección es tan importante y quiero que pienses en esto porque es glorioso…
Lo que Dios tiene en el cielo nuevo y en la tierra nueva no es sólo igual al jardín del Edén. El reflejo de la gloria de Dios que habrá en el cielo nuevo y en la nueva tierra no es sólo igual al jardín del Edén, es mucho mejor.
Dios sabía lo que hacía cuando creó un mundo en el que hombres y mujeres nos rebelaríamos y nos encontraríamos perdidos sin remedio, para que Dios enviara a Su Hijo como ofrenda por el pecado, redimiéndonos con Su sangre.
De modo que nosotros, justificados, santificados, adoptados y glorificados en Cristo, nos regocijáramos en Él y proclamáramos Su gloria, no sólo como nuestro creador, sino aún más como nuestro redentor en un mundo perfecto para siempre.
Dios sabía lo que hacía en cada paso del proceso, porque sabía que una creación redimida reflejaría Su gloria infinitamente más de lo que podría hacerlo una creación inocente.
El Jardín del Edén reflejaba la gloria de todo lo que Dios puede crear. Pero los cielos nuevos y la tierra nueva redimirán la gloria de todo lo que Dios puede redimir, es mucho más.
La persona a la que se le ha perdonado mucho, ama mucho. Y los hijos redimidos de Dios, cuando miras el libro del Apocalipsis, ¿qué están haciendo en Su presencia? Están cantando. ¿Y sobre qué cantan? Digno es el cordero que fue inmolado. ¿Por qué? Porque ese es el climax de la gloria de Dios revelada, el centro mismo de ella. «Digno eres porque Tú fuiste inmolado, y con Tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación».
Y el infierno mostrará para siempre que todo lo que Satanás hizo para intentar eclipsar la gloria de Dios ha tenido como único resultado el despliegue de la gloria de Dios irrumpiendo en un cielo nuevo y una tierra nueva por todas partes, especialmente en la vida de cada uno de Sus hijos.
«¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son Sus juicios e inescrutables Sus caminos!«
Esto es lo último, brevemente. Hemos visto la Libertad manifestada, la libertad extendida, la libertad compartida y ahora la libertad anticipada.
Versículo 23, Pablo dice: «nosotros mismos», está hablando de los creyentes cristianos que tienen las primicias del Espíritu, el Espíritu Santo está en tu vida si perteneces a Jesús; «aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo.«.
Ahora bien, es interesante que la Biblia hable de distintos tipos de gemidos que experimentan los cristianos. Cuando tu cuerpo se desgasta, hay un tipo especial de gemido. Lo encontrarás en el capítulo 5 de 2 de Corintios; los dolores, las dificultades y las cargas de la vida producen su propio tipo de gemido.
Pero Pablo no habla de eso aquí sino que se refiere al gemido de los que saben lo que Dios ha preparado. Y sabemos que es tan bueno que apenas podemos esperar ese momento.
Tenemos las primicias del Espíritu, y lo que hemos saboreado nos hace gemir interiormente mientras esperamos ansiosamente. Hay expectación, libertad anticipada por todo lo que será nuestro cuando Cristo cierre la historia humana.
Karen estaba hablando con un joven que vivía cerca de nuestra casa y que se iría de vacaciones con su familia a Hilton Head. Le hacía mucha ilusión, ya había estado allí brevemente, así que había probado un poco y ahora estaba realmente entusiasmado por ir esta semana.
Y Karen le dijo: ¿Ya tienes ganas de irte de vacaciones? Y él dijo, ¿qué hora es? Y ella dijo, pues son las nueve y media. Él dijo, faltan 42 horas y 30 minutos para que nos vayamos. Eso es esperar con impaciencia.
Ese es el gemido de la anticipación, eso es lo que Pablo capta aquí, que lo que Dios ha planeado para ti no es sólo mejor que la vida en su peor momento; lo que Dios ha planeado para ti en el cielo nuevo y en la tierra nueva es mejor que la vida en su mejor momento, mejor que lo mejor que puedas imaginar en este mundo.
Mejor que los deportes, mejor que las citas o el matrimonio, mejor que los hijos. ¡Mejor que unas vacaciones en Hawai! ¡Mejor que los deportes! ¡Mejor que la jubilación! ¡Mejor que viajar! ¡Mejor que el dinero! ¡Mejor que el sexo! ¡Mejor que cualquier alegría que puedas imaginar en este mundo!
Piensa en David, rey de Israel, que seguramente tenía la experiencia de vida más rica que una persona pueda disfrutar. Piensas en toda la riqueza y todas las oportunidades que lo rodeaban; mira su vida y todo lo que tenía. Y el rey David dice esto en el Salmo 63, le dice a Dios: «Tu misericordia es mejor que la vida«. Y si eres cristiano, has probado un poquito de eso.
Por eso, dice Pablo, vivimos a la expectativa, no como quien siente que la vida se agota y se hace cada vez menos, sino que cada paso del camino te acerca a aquello para lo que Dios no sólo te creó, sino para lo que Cristo te ha redimido.
He dicho que la serie pretende ayudarte a saborear todo lo que es tuyo en Jesucristo. Espero que lo estés haciendo. Espero que lo estés sintiendo cada vez más porque conocer a Jesucristo es lo más rico y glorioso de toda la vida y lo será por toda la eternidad.
Y ofrecerme a Él y amarle y adorarle y vivir para Su gloria, cueste lo que cueste, es lo más grande, lo más grandioso que jamás podría hacer con mi vida.
Y el segundo objetivo era decir esto: que si todavía no eres cristiano, si todavía no has venido a Jesucristo, si todavía no has llegado a conocerle como tu Salvador, quiero que saborees todo lo que puede ser tuyo en Jesucristo. Espero que estés viendo, aunque aún no hayas creído, que se trata de un rescate asombroso. Y esto es lo que puede ser tuyo en Jesucristo hoy.
Justificación, tus pecados perdonados por la sangre derramada de Jesús en la cruz por ti. Santificación, el poder del pecado aniquilado en tu vida; no digo que no vayas a tener batallas, todos tenemos muchas batallas a lo largo de nuestra vida. Pero el Espíritu Santo dentro de ti, te pone en una posición totalmente diferente, te posiciona para perseverar, para vivir una vida nueva porque eres una persona nueva.
La adopción, que te lleva de la idea tan arraigada de que Dios está de alguna manera en contra tuya y de que no tienes una relación con Él, a la convicción de saber que estás en Su familia y que estás rodeado de Su amor desde ahora y para siempre. Eso es tuyo y puede ser tuyo en Jesucristo.
Un día, la glorificación llegará para que seas arrebatado con el pueblo de Dios y luego, cuando Jesucristo concluya la historia humana, serás llevado a todas las glorias del nuevo cielo y la nueva tierra. Todo esto puede ser tuyo en Jesucristo.
Eso sí que es un rescate. Y sea lo que sea lo que te impide comprometer tu vida con Jesucristo, no sé lo que es, pero no puede ser más grande que esto.
Así que quiero invitarte a que hoy inclines tu cabeza y tu corazón ante Él para poder decir: “Señor, por naturaleza estoy podrido hasta el fondo, te necesito Jesucristo, necesito este rescate. ¿Podrías entonces darme todo lo que Jesucristo ofrece en este rescate? Confío en ti para hacerlo”.
Oremos juntos, ¿te parece? Padre, sella tu palabra en nuestros corazones y da fruto por tu Espíritu en los corazones de tu pueblo y en los corazones de los que se vuelven a ti ahora mismo, por amor de Jesús. Amén.