La identidad distintiva de cada persona en esta multitud se mantiene, son de cada tribu, nación, y lengua. La individualidad distintiva de cada uno en el pueblo de Dios es preservada, lo que nos hace diferentes, ya no nos divide.
Esto responde directamente a la pregunta: ¿Nos reconoceremos en el cielo? ¡Sí!, seguirás siendo tú. Todos seremos como Cristo pero cada uno reflejará su semejanza a través de nuestra propia individualidad.
Es seguro que nos reconoceremos en la resurrección. Los discípulos sabían y reconocían a Jesús en Su cuerpo resucitado, pero antes de que Jesús vuelva y recibamos nuestros cuerpos glorificados, tenemos una buena razón para creer que lo mismo será cierto para nosotros.
Siete testigos de la Biblia apuntan hacia la idea de que nos reconoceremos en la resurrección, y al menos algunos de ellos apuntan a que los creyentes se reconocerán inmediatamente después de la muerte.
Testigo #1: David y su hijo
“Pero ahora que ha muerto, ¿por qué he de ayunar? ¿Podré hacer que vuelva? Yo iré a él, pero él no volverá a mí” (2 Sam. 12:23).
El rey David tuvo un pequeño que murió en la infancia. Cuando el niño murió, David dijo: “Yo iré a él” pero hay más aquí que David diciendo “iré al cielo cuando muera”. Él dice: “¡Iré con el niño! ¡Lo veré! Me reuniré con él en el cielo”. Esa es una maravillosa seguridad para cada padre cristiano que pierde a un niño pequeño.
Testigo #2: Abraham, Isaac, y Jacob
“Vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos” (Mt. 8:11).
Nota la clara identidad de estos hombres: Abraham es Abraham en el cielo, Isaac es Isaac, y Jacob es Jacob, mantienen su identidad distintiva. No nos convertimos en espíritus anónimos sin nombre en la presencia de Jesús, Abraham está disfrutando de la compañía de su hijo y su nieto; Jacob está disfrutando la compañía de su propio padre y de su abuelo.
También nota lo que están haciendo Abraham, Isaac, y Jacob en la resurrección: se están sentando a la mesa, están comiendo y bebiendo. Tienes identidad, relaciones, conversación y compartes la comida. ¡Y muchos vendrán del oriente y del occidente y se les unirán! En otras palabras, muchos, muchos otros entrarán en el mismo gozo y en la misma experiencia.
Testigo #3: Jesús y los discípulos
“Les digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con ustedes en el reino de Mi Padre” (Mt. 26:29).
Nota la misma claridad aquí: Jesús tomará la copa en el Reino de Su Padre con los discípulos. Los once, que compartieron la Última Cena con Él en la tierra, tomarán la copa de nuevo con Jesús en el cielo. Estos discípulos son nombrados y son reconocidos.
Testigo #4: Moisés y Elías
“En esto, se les aparecieron Moisés y Elías hablando con Él [Jesús]” (Mat. 17:3).
Cuando Moisés y Elías aparecieron en el Monte de la Transfiguración, no tenían un cuerpo resucitado. Incluso ahora, Jesucristo es el Único en el universo que tiene un cuerpo resucitado. Moisés y Elías están en el cielo con el resto de los creyentes, esperando ansiosamente por sus cuerpos resucitados, que les serán dados cuando Cristo venga otra vez en gloria.
Así que cuando Moisés y Elías aparecen en el monte, son espíritus, almas que se hacen visibles. No sabemos cómo Pedro, Santiago, y Juan supieron que estaban en presencia de Moisés y Elías, pero sabemos que los reconocieron, ¡incluso por adelantado al cuerpo resucitado!
Testigo #5: Las almas reunidas en el cielo
“Ustedes, en cambio, se han acercado al monte Sion y a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, a la asamblea general e iglesia de los primogénitos que están inscritos en los cielos, y a Dios, el Juez de todos, y a los espíritus de los justos hechos ya perfectos” (Heb. 12:22-23).
El autor a los Hebreos nos recuerda de la gran verdad de que la iglesia reunida en la tierra está unida con la iglesia reunida en el cielo. Él habla de “los espíritus de los justos hechos ya perfectos”, es decir, las almas de los creyentes en la presencia de Jesús.
Estas almas están reunidas en “la asamblea de los primogénitos”. Esta es una descripción de lo que está pasando en el cielo en este momento. Los espíritus de los justos hechos perfectos están reunidos. Reunidos significa comunidad, y la comunidad significa relación, y la relación significa identidad y conocimiento ahora mismo en la presencia de Jesús.
Testigo #6: Pablo y los Tesalonicenses
“Porque ¿quién es nuestra esperanza o gozo o corona de gloria? ¿No lo son ustedes en la presencia de nuestro Señor Jesús en Su venida?” (1 Tes. 2:19).
Pablo le dice a los creyentes en Tesalónica, a quiénes amó y sirvió en la tierra, que serán su “gozo” y “corona” en el cielo. Así que la relación especial forjada entre Pablo y estos creyentes en la tierra continuará en el cielo. Él está diciendo: “Han sido mi gozo en la tierra y serán mi gozo en el cielo”.
Jonathan Edwards aborda este tema: “El afecto especial que los santos tienen en este mundo por otros santos, que son sus amigos, permanecerá en cierta medida en otro mundo”. Los cristianos que se conocieron y amaron en la tierra, se conocerán y amarán en el cielo.
Testigo #7: La reunión de los seres queridos creyentes
“Pues el Señor mismo descenderá del cielo… y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre. Por tanto, confórtense unos a otros con estas palabras” (1 Tes. 4:16-18).
Pablo le escribe a los creyentes que están sufriendo sobre sus propios amigos y familiares que han muerto. Su dolor no se trata de la muerte en general, sino sobre la muerte de sus seres queridos en particular.
Él ofrece este consuelo en su dolor: Seremos “arrebatados juntamente con ellos” para encontrarnos con el Señor (4:17). El punto es que los creyentes tienen el consuelo de saber que verán a sus seres queridos otra vez.
¡Los cristianos nunca dicen adiós!
Para aprender más sobre el cielo, escucha al podcast de Abre la Biblia o descarga El cielo: un devocional de 30 días (Abre la Biblia, 2023) por Colin S. Smith.