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abril 14, 2025

El poder en la sangre de Jesucristo


El filósofo francés Voltaire y el presidente estadounidense John Adams son famosos por sus críticas al cristianismo como una religión sangrienta, señalando las frecuentes guerras de la Biblia, la mención de la sangre y la muerte sangrienta de Jesucristo. Entonces, ¿por qué los cristianos celebran la sangre de su Fundador cuando la sangre se suele considerar grotesca? [1]

A continuación, se presentan seis dones que la sangre de Jesucristo ofrece a quienes creen en Él.[2]

1. Obtenemos un confiado acceso a Dios en la adoración y la oración

La Biblia deja claro que cada persona está separada de Dios debido a su pecado (Romanos 3:23; Colosenses 1:21). Eso significa que incluso los mejores de nosotros somos incapaces de acercarnos a Dios y ofrecerle adoración o una oración. Debido a nuestros pecados, permanecemos distanciados.

Pero debido a la muerte de Jesús en la cruz, los cristianos pueden acercarse con confianza a la presencia de Dios. «Tenemos confianza para entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesús» (Hebreos 10:19). Si eres cristiano hoy, puedes tener confianza al acercarte a Dios con tus oraciones y tu adoración, porque ya no estás lejos de Dios, sino que «has sido acercados por la sangre de Cristo» (Efesios 2:13).

2. Recibimos el perdón de nuestros pecados

Además de poder entrar en la presencia de Dios a través de la sangre de Cristo, nuestros pecados son también perdonados. Efesios 1:7 dice: «En Él tenemos redención mediante Su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de Su gracia». Gracias a la sangre derramada de Cristo, Dios puede perdonar nuestros pecados porque Él tomó nuestro castigo. Aunque merecemos el infierno por nuestros pecados, el sacrificio de Jesús hace del cielo nuestro destino eterno.

Cristo explicó el perdón que ofrece a sus discípulos en la Última Cena (que también era la comida que celebraba el cordero pascual): «Porque esto es Mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados» (Mateo 26:28; el énfasis es mío). Al igual que la sangre del cordero pascual liberó al pueblo israelita de la noche de terror en Egipto, la propia sangre de Cristo liberaría del juicio de Dios. Esta verdad es expresada maravillosamente en el himno «Sólo de Jesús la sangre»:

¿Qué me puede dar perdón? / Sólo de Jesús la sangre;

¿Y un nuevo corazón? / Sólo de Jesús la sangre.

¡Oh! Precioso es el raudal / Que limpia todo mal;

No hay otro manantial / Sólo de Jesús la sangre.

¡Regocíjate, cristiano, porque la sangre de Jesucristo te ha limpiado de tu pecado!

3. Tenemos una conciencia limpia

«La sangre de Cristo nos purificará la conciencia de acciones pecaminosa para que adoremos al Dios viviente». (Hebreos 9:14 NTV).

Esta es una promesa asombrosa, ¡Cristo limpia nuestras conciencias de los actos que conducen a la muerte! ¿Cómo lo hace? Se ofreció a sí mismo, su vida inmaculada y perfecta, como sacrificio a Dios por nosotros a causa de nuestros pecados.

Aunque nuestras mentes han sido corrompidas por el pecado, Cristo puede limpiarnos. Podemos vivir y pensar como Dios quiere una vez más. Esta es una gran noticia para quienes cargan con un pasado pecaminoso y conciencias corrompidas.

4. Progresivamente somos limpiados más y más de nuestro pecado

La sangre de Cristo no solo ofrece el perdón de los pecados, sino también la santificación. Hebreos 13:12 nos dice que, «Jesús también sufrió… para santificar al pueblo mediante su propia sangre». Tiene sentido que Dios quiera que tengamos una nueva relación con el pecado que antes nos condenaba. Por eso nos da el poder, a través de la sangre de Su Hijo, de ser limpiados de nuestros comportamientos pecaminosos.

5. Somos capaces de vencer al acusador de los hermanos

Gracias al sacrificio de Cristo, podemos confiar en la justicia de Cristo y no en nuestra propia justicia cuando somos acusados por nuestro enemigo. Apocalipsis 12:11 dice: «Ellos [los santos] lo han vencido [a Satanás] por medio de la sangre del Cordero y por el testimonio que dieron. Y no amaron tanto la vida como para tenerle miedo a la muerte».

Como creyentes, sabemos que no podemos mantenernos en pie por nuestros propios méritos o por nuestras propias obras. La justicia de Cristo que se nos atribuye es la forma en que podemos hacer frente a las acusaciones.

Charles Spurgeon conocía bien esta verdad y pronunció estas reconfortantes palabras:

Sé lo que el diablo te dirá. Te dirá: «¡Eres un pecador!». Dile que sabes que lo eres, pero que a pesar de ello estás justificado. Él te hablará de la grandeza de tu pecado. Háblale de la grandeza de la justicia de Cristo. Él te hablará de todos tus contratiempos y tus recaídas, de tus ofensas y tus extravíos. Dile, y dile a tu propia conciencia, que sabes todo eso, pero que Jesucristo vino a salvar a los pecadores, y que, aunque tu pecado sea grande, Cristo es muy capaz de borrarlo todo.

6. Somos rescatados de una forma de vida pecaminosa

«Ustedes saben que no fueron redimidos de su vana manera de vivir heredada de sus padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha: la sangre de Cristo». (1 Pedro 1:18-19)

Ser rescatados de caminos vanos es otro beneficio que los cristianos tienen a través de la sangre de Jesús. Somos rescatados de una vida sin sentido, llevados a una relación con Dios y a la capacidad de vivir en Su voluntad y con propósito. Los objetos más valiosos del mundo, como el oro y la plata, no pueden compararse con el valor duradero y eterno de la sangre de Jesucristo derramada para redimir a los pecadores del pecado.

¡Hay poder en la sangre!

¿Cubre la sangre de Jesús tu pecado? Si no es así, estos gloriosos beneficios no son para ti. Pero si te humillas y clamas a Jesucristo por perdón, Él te salvará. No hay mayor regalo que la reconciliación con Dios.

¡Confía en Jesús hoy!

[1] He aquí solo una muestra de los himnos religiosos que se han escrito a lo largo de los siglos sobre la sangre de Cristo: « Nothing But the Blood» (Solo de Jesús la sangre), « Are You Washed in the Blood?» (¿Eres lavado por Su sangre?), «Oh, the Blood of Jesus» (La sangre de Jesús), « Power In the Blood» (Hay poder en Su sangre).

[2] Estas categorías se han tomado de los comentarios del Dr. Wayne Grudem sobre 1 Pedro 1:19 en 1 Peter: An Introduction and Commentary (1 Pedro: Una introducción y comentario).


Escucha el mensaje «Sangre» sobre Éxodo 12:1–13 del podcast Una caminata por la historia bíblica:


Kevin Halloran

Director de Contenido y Estrategia

Kevin Halloran sirve en Abre la Biblia y vive cerca de Chicago, Illinois, con su esposa y dos hijas. Ha ministrado en la República Dominicana, en México y en Ecuador, donde aprendió español. Su pasión es fortalecer a la iglesia para el ministerio de la Palabra de Dios. Escribió el libro Cuando orar es una lucha: una guía práctica para superar los obstáculos en la oración (P&R, 2023). Puedes encontrarlo en su blog Anclado en Cristo, Facebook, Twitter y YouTube.
Kevin Halloran sirve en Abre la Biblia y vive cerca de Chicago, Illinois, con su esposa y dos hijas. Ha ministrado en la República Dominicana, en México y en Ecuador, donde aprendió español. Su pasión es fortalecer a la iglesia para el ministerio de la Palabra de Dios. Escribió el libro Cuando orar es una lucha: una guía práctica para superar los obstáculos en la oración (P&R, 2023). Puedes encontrarlo en su blog Anclado en Cristo, Facebook, Twitter y YouTube.